Según algunas estimaciones, entre el 30 y el 50% de los padres de acogida renuncian después del primer año, alegando una serie de problemas que incluyen la incapacidad para manejar comportamientos desafiantes o un sentimiento de falta de preparación para manejar las realidades del cuidado de esta población vulnerable (Gibbs & Wildfire, 2007).
Entre estas razones se encontraba falta de formación de los padres de acogidatambién conocidos como cuidadores de recursos. Los requisitos y la calidad de la formación difieren de un estado a otro y de una jurisdicción a otra, con una aportación mínima del gobierno federal. Sin embargo, no se puede subestimar la importancia de la formación; la investigación ha demostrado que los padres de acogida que recibieron una formación de calidad previa al servicio y posterior a la obtención de la licencia tienen más probabilidades de seguir siendo cuidadores de recursos (Hanlon et al., 2021; Hebert y Kulkin, 2018).